El dilema de la mascarilla en las empresas: ¿influye en la productividad del trabajador?

El dilema de la mascarilla en las empresas: ¿influye en la productividad del trabajador?

La pandemia ha supuesto un punto de inflexión en el mundo laboral. El impacto se ha dejado sentir en todos los sectores del tejido empresarial, que han tenido que adaptarse en muy pocos meses a un panorama completamente distinto. En este contexto, merece la pena analizar si este nuevo escenario supone un nuevo planteamiento de la productividad.

En las últimas semanas se han dado a conocer los avances de la vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, los expertos coinciden en señalar que, hasta que esta no se pueda producir a gran escala, se abre un periodo en el que se debe ser capaz de convivir con el Covid-19.

Esto pasa por adaptar los entornos y formas de trabajo. Algunas compañías se han adaptado al teletrabajo. Los empleados no tienen que acudir necesariamente a la oficina, lo que abre nuevos interrogantes sobre turnos de trabajo y periodos de actividad. Además, varias Comunidades Autónomas obligan a llevar la mascarilla en todo momento, lo que también plantea cuestiones sobre la manera de trabajar.

Mascarilla en el puesto de trabajo

La mascarilla también ha llegado para quedarse durante un periodo largo, por lo que se inicia un debate sobre cómo el hecho de tener que llevarla puesta en todo momento, tanto en espacios públicos como privados, puede influir en la capacidad productiva de los trabajadores.

Es el caso de las fábricas donde los empleados deben llevarla durante toda la jornada porque puestos de trabajo no permiten mantener la distancia de seguridad.

«No se puede tener el mismo nivel de productividad si tienes una mascarilla puesta en la cara que dificulta de alguna manera tu respiración, porque no se está al 100%«, explica el director de Randstad Research, Valentín Bote. A esto debe sumarse el calor del verano, que puede convertir el trabajo con mascarilla en algo todavía más costoso

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El trabajo en fábricas y plantas logísticas suele obligar a que los empleados lleven la mascarilla durante toda la jornada.

Así, esta dificultad se encuentra presente de manera especial en ciertos trabajos del sector logístico e industrial, en los que se podría replantear el ritmo productivo de los trabajadores.

La dificultad del teletrabajo

Por tanto, dado que esta situación no será algo coyuntural, se vuelve preciso abordar algunas cuestiones que afectan al día a día de la actividad empresarial. El teletrabajo es una nueva opción de trabajo que ha demostrado su eficacia en distintos sectores.

«En determinados sectores sí se podrá mantener la misma cuota de productividad, porque además permite ahorrar tiempo en traslados o gestiones«, comenta Bote.

El teletrabajo permite ahorrar mucho tiempo en traslados a las oficinas y plantea nuevas cuestiones en materia de movilidad.

El trabajo en remoto abre la puerta a una serie de oportunidades que permiten, por ejemplo, abaratar costes de oficinas y desplazamientos. «Hay actividades incluso que se hacen mejor desde casa«, afirma el director de Randstad Research.

El director de Randstad Research señala cómo esto también puede ser un problema para algunos trabajadores: «No todo el mundo tiene un espacio cómodo para trabajar en casa o no puede habilitar una zona para ello». Según el último estudio de Randstad Workmonitor, cuatro de cada diez trabajadores valoran que no cuentan con el equipamiento tecnológico necesario.

En este sentido, el informe también señala que cerca del 23% de los profesionales españoles afirman no contar con los recursos pertinentes (técnicos y de conocimiento) para poder ejercer su actividad a distancia.

Productividad en España vs. Europa

España es el país de la Unión Europea con mayor porcentaje de contratos temporales, que registró un 26,1% cuando la media europea se sitúa en 13,4%. Según un informe de la Comisión Europea de este año que evaluaba los avances en reformas estructurales, prevención y corrección de desequilibrios macroeconómicos.

El estudio apunta a causas de tipo estructural que impiden el avance en materia de productividad. Además, el coronavirus, y las malas previsiones económicas que refleja, ha puesto entre paréntesis la posibilidad de un crecimiento en este sentido.

La crisis ocasionada por el Covid-19 ha supuesto un freno a la corrección de estos aspectos, por lo que España se ve emplazada a convivir con estos condicionantes en el proceso de recuperación económica.

Fuente: Eduardo Jiménez, El Español

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