26 Jul Tres cosas que debes tener en cuenta antes de dejar tu trabajo o cambiar de empleo
Millones de personas buscan empleo ahora mismo en todo el mundo. La pandemia ha arrasado con millones de puestos de trabajo, por lo que hasta que el mercado se recupere, la situación es complicada para muchas familias. Sin embargo, sigue habiendo trabajadores que se atreven a dejar sus empleos o cambiar de puesto en plena crisis.
Pero, además, los expertos en recursos humanos están notando que, en los últimos meses, se está produciendo una tendencia, sobre todo en el mercado norteamericano, por el que miles de trabajadores están renunciando a sus empleos. Se trata de personas que han pasado los últimos meses con mucho miedo y que, ahora, quieren hacer un cambio en sus vidas.
Anthony Klotz, profesor de economía en la Texas A&M University, calificó la ola de personas que dejaron su empleo como «la gran renuncia«. Sin embargo, el catedrático ha explicado a The Independent que cuando se trata de renunciar a un trabajo hay que tener en cuenta algunos factores importantes, sobre todo en una situación de pandemia mundial como la que se está viviendo actualmente.
Cuidado con los impulsos
El primero, lógicamente, tiene que ver con analizar los pros y los contras. Es importante tener clara la razón que nos llevará a abandonar el empleo y no que sea fruto de un calentón. Como explica Anthony Klotz, hay que «considerar si es un problema que podría resolverse sin renunciar». Por eso, recomienda poner en una balanza los aspectos positivos del trabajo para que contrarresten a los negativos.
La ola de personas que dejaron su empleo en los últimos años se conoce como «la gran renuncia»
Un ejemplo es la cantidad de relaciones sociales que se han creado a lo largo de los años que se ha permanecido en esa empresa. Sin embargo, «cuando empiezas un nuevo trabajo, vuelves a empezar desde cero. No subestimes las cosas que dejas atrás. Cada vez más, las empresas están más abiertas a los ‘trabajos a la carta’, en los que puedes hablar con tu jefe y dices que te gusta el 80 por ciento del trabajo, pero no el 20 por ciento restante, y trabajas con él para diseñar un rol que se adapte a ti».
Ese primer punto está relacionado con el segundo: ¿esa renuncia supone la solución a un problema o creará uno nuevo? Es decir, podemos cambiar de trabajo porque el sueldo es un poco mayor o el horario que nos ofrecen es mejor que el actual. Pero es importante analizar las variables como un todo porque puede que en el nuevo empleo aparezcan algunos problemas nuevos que hasta ahora no teníamos.
En esos casos, el profesor Klotz recomienda «hablar antes con los empleados de la nueva empresa o investigar en sitios como Glassdoor (empresa de recursos humanos)». Una forma de pensar si vamos a acertar con un paso tan radical es retrasar 15 días la decisión y volver a pensarlo más tarde, para ver si se trata de un problema temporal o realmente queremos abandonar ese trabajo.
Hay que salir bien
Por último, uno de los factores más importantes a la hora de cambiar de empleo o de, simplemente, dejar un trabajo: salir de la mejor manera posible. Es muy posible que nuestra salida suponga un problema para la empresa que, dependiendo del empleado, puede ser mayor o menor. Por eso, renunciar creando los menores trastornos posibles será bien recibido por esa empresa.
Y en una situación de globalización como la que se vive actualmente, es imprescindible terminar las relaciones laborales bien. Un mal informe en LinkedIn o el boca a boca en un determinado sector puede determinar que, a la larga, tengamos problemas cuando queramos volver a encontrar trabajo. Por no hablar de la posibilidad de volver en el futuro a esa empresa.
Desde hace algunos años, es más normal de lo que se puede pensar el conocido como «empleo boomerang«, un fenómeno que consiste en volver a la empresa en la que se había trabajado antiguamente. El profesor Klotz reconoce que «en los últimos 10 años, las organizaciones están interesadas en contratar a personas que solían trabajar para ellas» porque reconocen su valía.
El «empleo boomerang» consiste en volver a la empresa en la que se había trabajado
Para que nuestra salida se produzca de la mejor manera, lo ideal es ofrecer a la empresa el tiempo necesario para encontrar a un sustituto o, incluso, ofrecerse para entrenarle en el puesto. Eso demostraría que somos personas comprometidas y, en el futuro, nuestro nombre siempre sería recordado con interés en el caso de que necesiten un perfil similar.
Fuente: El Confidencial
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