05 Jul Trabajo obligará a las empresas a un censo anual de fijos discontinuos
La propuesta del Ministerio de Trabajo para definir la reforma laboral con los agentes sociales deja algunos detalles que afectarán al día a día de las empresas. Como ya adelantó este medio, con acceso al documento, además de establecer el nuevo mecanismo de los ERTE para después de la crisis, la limitación de la temporalidad será uno de los principales objetivos de la reforma, desarrollando la modalidad de fijos discontinuos. En este sentido, una de las propuestas es que las empresas elaboren un censo anual con todo el personal que emplean bajo esta fórmula.
La idea es elaborar un reglamento que establezca esa obligación y que deberá garantizar, en todo caso, el derecho de los trabajadores «a no sufrir perjuicios» si no atienden al llamamiento del empleador por coincidencia con otros trabajos, con actividades formativas, ausencias con derecho a reserva de puesto de trabajo o con el ejercicio de su derecho a la conciliación, entre otras causas justificadas.
En concreto, se establece que el contrato fijo discontinuo sea el que se concierte para la realización de trabajos de naturaleza estacional o vinculados a campañas, para el desarrollo de aquellos que no tengan dicha naturaleza pero sí fechas con llamamiento cierto aunque indeterminado y para trabajos consistentes en la prestación de servicios en el marco de contratas mercantiles o administrativas que, siendo previsibles, formen parte de la actividad ordinaria de la empresa.
Acabar con el lastre de la temporalidad del mercado laboral se ha convertido en objetivo prioritario en la mesa negociadora de la reforma laboral, cuyas conclusiones tienen que estar listas para finales de este mismo año si se quieren cumplir los plazos comprometidos con Bruselas para el acceso a los fondos europeos.
Es cierto que los últimos datos de empleo reflejan cómo el país empieza a dejar los peores meses de la crisis, con la creación de 233.056 nuevos afiliados a la Seguridad Social en un junio histórico, periodo en el que el paro cayó en 167.000 personas.
«Es el dato más relevante de la historia de la democracia», aseguraba esta semana la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Oposición y sindicatos valoraron también de forma muy positiva los datos en su conjunto, pero advierten de que detrás de los mismos se esconden, precisamente, los mismos problemas estructurales de siempre con la temporalidad, además de la ralentización que se ha observado en el ritmo de reincorporación al mercado de los trabajadores en ERTE.
Elvira Rodríguez, vicepresidenta sectorial del PP, recordó esta semana que el 90% de los contratos que se crearon en julio son temporales, además de advertir que aún existen «3,6 millones parados registrados, 440.000 trabajadores en ERTE y 230.000 autónomos en baja ocupación». Se trata de 4,3 millones sin empleo o subsidiados, «los peores datos de Europa».
Fuente: El Correo
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