25 Nov Salarios emocionales y ‘empresas líquidas’, la ecuación para retener a los trabajadores del futuro
En el interior de la mina de sal de Wieliczka, cerca de Cracovia, la guía detiene a los visitantes ante dos figuras que sostienen entre sus manos unos cuencos diminutos llenos de… sal. En ese punto, la mujer explica a los curiosos que los habitantes de la zona, hace muchos, muchos siglos, intercambiaban el contenido de esos cuencos por otros productos de los que carecían y que ellos mismos eran retribuidos con el preciado mineral. Era su sal-ario.
Siglos después, ese cuenco de sal ha mutado y ha ido transformando su valor hasta convertirse en el sueldo por el que millones de personas de todo el mundo trabajan cada día. Ahora bien, la evolución no se detiene y las nuevas generaciones ya no se interesan sólo por las cifras de su nómina, sino por todos los beneficios y ventajas no económicas que obtienen en la empresa donde se encuentran. Salario emocional, lo llaman, y se está convirtiendo en algo prioritario para los millennials y los miembros de la Generación Z.
Tener un mejor horario, trabajar en un proyecto más motivador o contar con la posibilidad de trabajar desde casa son algunos de sus componentes y las empresas los tienen cada vez más en cuenta para retener el talento. Pero hacerlo no es fácil. Las compañías deben ser ágiles y flexibles, «empresas líquidas» según Ana Sarmiento, experta en liderazgo y diversidad laboral. «Se trata de compañías que saben dar respuesta y adaptarse al actual modelo de sociedad en la que, según Zygmunt Bauman, las condiciones de actuación cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en hábitos y rutinas determinadas», explica.
Parece una cuestión de tiempos y de eso sabe bastante Woffu, una start-up tecnológica especializada en la optimización de la gestión del tiempo y que asegura que este tipo de contraprestaciones están íntimamente ligadas a la productividad de los empleados y además «fomentan el buen ambiente laboral, ofrecen nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo, logran que el empleado se sienta identificado con los valores y aspiraciones de la organización y consiguen que el trabajador se sienta valorado y parte de la empresa».
Ana Sarmiento conecta la cultura corporativa con el ciclo del agua para explicar la transformación de una en base a la otra. «Si nos fijamos bien, el nivel de agua del planeta no cambia, sino que oscila entre lo sólido, lo líquido y lo gaseoso según las condiciones de deba afrontar. Las empresas líquidas son conscientes de la realidad que atraviesan en cada momento y de la transitoriedad de cada etapa. No permanecen en un solo estado y saben aprovechar sus recursos para timonear las diversas etapas del negocio», apunta.
Precisamente basándose en esta idea adaptarse a las demandas de las nuevas generaciones, BMW ha reinventado un proceso de selección del candidato perfecto para lanzar el nuevo BMW Serie 1. Más de 1.500 personas se inscribieron en el proceso, denominado The Upgrade, aunque sólo una, Juan Sáez, logró la victoria. Todos, según la firma, respondían al patrón descrito en el estudio What Workers Want 2019: jóvenes curiosos y poco conformistas, en constante periodo de aprendizaje y que trasladan esta filosofía a los aspectos más pequeños de su día a día. «Han liquidado las llamadas de voz sustituyéndolas por mensajes de audio, han institucionalizado el ghosting , abandonando los procesos de selección sin avisar al reclutador, y se aburren en las clásicas entrevistas de trabajo».
En este contexto, el teletrabajo gana puestos entre las preferencias… pero no tanto en la realidad. Al menos en España, donde trabajar en remoto no está tan implementado como en otros países europeos. Según un reciente estudio de InfoJobs, sólo el 19% de la población activa española afirma disfrutar de esta modalidad en su compañía y de los que no tienen la posibilidad de hacerlo, el 65,5% indicó que le gustaría. «Medidas como la implantación del teletrabajo, encajan en una nueva mentalidad empresarial basada en la confianza y el compromiso, en la que lo que se valora es la entrega de resultados y el cumplimiento de objetivos y no el presentismo», apuntan desde la firma.
A las ventajas que supone para las empresas y los trabajadores, InfoJos añade una dimensión global y sostenible. «La reducción de los desplazamientos también conlleva un ahorro energético y de contaminación por combustibles que favorece al medio ambiente», explica la empresa.
María Hernández, ElMundo
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