Presentismo laboral: estar en el trabajo no es lo mismo que trabajar

Presentismo laboral: estar en el trabajo no es lo mismo que trabajar

Estar en el trabajo no equivale a trabajar. Del mismo modo que extender la jornada laboral más allá del tiempo estipulado no significa ser más productivo. Sin embargo, según recoge un estudio de Adecco 2019, el 30,8 de las empresas españolas han detectado prácticas de presentismo, es decir. cuando se dedica parte de la jornada laboral a otras funciones que no son propias del trabajo o cuando se permanece más tiempo del necesario.

«Esto puede ocurrir por falta de ética del trabajo, cuando el trabajador se escabulle de sus tareas, pero también cuando la dirección valora más las horas de presencia que la cantidad y calidad del trabajo realizado», explica Eva Rimbau, experta en recursos humanos y profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

5 signos de presentismo

El presentismo laboral puede traduccirse perfectamente como una presencia del trabajador muy improductiva y normalmente está asociada a tres comportamientos:

  • El empleado está más horas en el trabajo que las establecidas por semana según el contrato,
  • No disfruta de las vacaciones de las que dispone
  • No pide la baja cuando está enfermo.
  • Se produce una pobre organización en el trabajo: mala gestión del tiempo, falta de formación sobre sus tareas o las herramientas para desarrollarlas.
  • Se sufre de adicción al trabajo.

«El trabajador está presente en el lugar de trabajo pero no puede desempeñar correctamente porque no ha descansado, se siente mal o está enfermo. Entre las posibles razones están la inseguridad del empleo, a causa de los expedientes de regulación u otros procesos de reestructuración de plantillas o el tener un contrato temporal que no se sabe si se va a renovar», explica Rimbau.

«Si un empleado está viviendo una situación de este tipo, puede darle miedo irse del trabajo antes que sus compañeros o jefes por temor a un despido, lo que alarga innecesariamente su jornada de trabajo», añade Rimbau, que destaca que según el estudio OBS Bussiness School alertaba que el presentismo en España creció un 40% por el miedo a perder el puesto de trabajo.

Algunas causas ajenas al trabajador

El origen del presentismo ti tiene por qué proceder del propio trabajador o de su miedo a perder el empleo ya que determinadas políticas de las organizaciones o de sus directivos lo fomentan sin tapujos:

  • Existe una cultura de trabajar muchas horas que deriva de los fundadores de la empresa y la alta dirección, y piden la misma dedicación a su personal.
  • También podría darse en empresas donde hay realmente una excesiva carga de trabajo porque no se contrata a las personas necesarias o no se ponen los medios adecuados.
  • Algunos directivos no saben concretar objetivos y hacerles un seguimiento por lo que valoran si sus colaboradores son buenos o malos trabajadores guiándose principalmente por sus horas de presencia
  • También pueden reclamar presencialidad en el caso de que no sepan organizar su propio trabajo y el de su equipo, o tengan adicción al trabajo y, como consecuencia, quieran tener a su disposición a sus colaboradores en cualquier momento de su larga jornada.

Efectos del presentismo laboral

  • Reducción de la productividad.
  • Aumento de la cantidad de errores cometidos.
  • Incremento del número de accidentes de trabajo.
  • Incremento de los problemas de salud física y psicológica.
  • Empeoramiento del equilibrio entre vida y trabajo.

«Un trabajador difícilmente cambiará una mala cultura organizativa o una baja calidad directiva; si la organización y sus directivos presentan los problemas que hemos señalado; seguramente se verá en la obligación de ‘calentar la silla’ en cierta medida, para cumplir con las expectativas de presencias prolongadas», concluye Rimbau.

Álvaro Piqueras, AS

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