30 Sep La discriminación por edad en tu empleo es una realidad y sólo así puedes combatirla
El envejecimiento de la población también está afectando, y mucho, al trabajo. Un estudio de la aseguradora Hiscox echa un poco de luz sobre este conflictivo asunto, que afecta, sobre todo, a los trabajadores veteranos pero también a las compañías.
Hiscox señala un dato llamativo: en 2024, en los Estados Unidos, los trabajadores de más de 55 años representarán el 25% de la población trabajadora, una cifra que es bastante extrapolable a la economía española.
Pero, ¿hay una discriminación laboral por la edad? En este mismo documento, se afirma que en los últimos años las políticas laborales se han centrado en la eliminación de las desigualdades por género y raza, pero que apenas se ha puesto énfasis en paliar la posible exclusión de los empleados a causa de su edad.
Riesgos financieros
«La discriminación por edad en el lugar de trabajo es un problema cada vez más grave para las empresas y los empleados, ya que las generaciones actuales mantienen sus carreras profesionales durante más tiempo que sus predecesores», indica Patrick Mitchell, jefe de producto de Responsabilidad Administrativa de Hiscox, que añade que «la discriminación de cualquier tipo trae graves riesgos reputacionales y financieros a cualquier negocio y puede afectar negativamente la trayectoria profesional de un trabajador».
Los datos de la encuesta de Hiscox son bastante pesimistas para los trabajadores de más de 40 años. Así, se señala que el 44 por ciento de los encuestados conoce casos de discriminación laboral a causa de la edad (el 21% lo han sufrido ellos mismos) y el 36%, más de 1 de cada 3 trabajadores, siente que ha perdido un posible nuevo empleo por pasar de los 40.
En su contra también juegan una serie de mitos que soportan los trabajadores por encima de los 40 años. Este colectivo tiene varios sambenitos que les hacen menos atractivo para futuros empleadores y para compañeros de trabajo.
Entre ellos destaca el pensamiento, más o menos generalizado, de que rechazan y no se adaptan a los cambios en la empresa, que no les gustan o entienden las nuevas tecnologías, que son muy caros de mantener, que no están motivados o que son difíciles de dirigir. En definitiva, que están «quemados».
En 2025, los trabajadores de más de 55 años serán el 25% de la población trabajadora en EEUU
Esto supone un alto coste para las empresas, por descenso en la productividad y por la rebaja del valor de este tipo de trabajadores, que cuentan con un gran nivel de experiencia. ¿Y qué pueden hacer las compañías para paliar esto en sus propios lugares de trabajo? Desde Hiscox se habla de un proceso de tres pasos:
¿Qué hacer?
Prevenir: la formación es vital en este apartado, tanto para evitar actitudes discriminatorias de uno mismo, como para detectar las de otros compañeros. Además, se deben reforzar las políticas de inclusión de los trabajadores este segmento de edad.
Detectar: la empresa debe buscar conductas que indiquen discriminación por edad, como el acoso o la baja representación de empleados mayores en nuevas contrataciones y promociones.
Mitigar: la compañía debe responder a las reclamaciones de discriminación por edad de inmediato y tomar en serio cada queja. Las investigaciones de las denuncias deben incluir entrevistas con todas las partes relacionadas con la queja, así como con testigos.
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