Este es el gran riesgo que debes tomar si quieres triunfar en el trabajo (por más que te duela)

Este es el gran riesgo que debes tomar si quieres triunfar en el trabajo (por más que te duela)

¿Notas que llevas ya mucho tiempo estancado en el trabajo? Todos los proyectos que propones o acaban rechazados o no llegan a buen puerto. Las últimas perfomance review son más bien negativas, y las posibilidades de conseguir un aumento son cada vez más bajas.

Según explica Tracy Brower, socióloga centrada en traer la felicidad al trabajo, para Fast Company, tu problema tiene solución, pero seguramente te va a doler: tendrás que fracasar.

«El fracaso es algo que la gente evita. Puede ser doloroso. Al principio parece bloquear tu desarrollo profesional… pero a la larga da grandes ventajas. Por ejemplo, al contrario de lo que mucha gente cree, el fracaso te ayuda a cumplir tus metas con mayor efectividad que si decides evitarlo a toda costa».

La sociológica recoge otros beneficios del fracaso como desarrollar una mayor motivación, confiar más en ti mismo e incluso establecer nuevas relaciones.

Si no te crees que fracasar motive, atención a los datos: «Unos estudios de la Universidad de Arizona hasta encontraron el ratio óptimo de fracaso: si fallas un 15 % del tiempo, mejoras tu aprendizaje, sigues intentándolo y te mantienes motivado. Es la cantidad perfecta de fallo que te ayuda sin acabar de apesadumbrarte».

Los extremos son malos. Si siempre fracasas, te dará miedo arriesgarte. Pero si siempre tienes éxito, no solo pierdes la motivación: seguro que esos logros son menores, y de poco impacto, porque temes imaginar más a lo grande porque no quieres fracasar.

Ahora que ya sabes el ratio perfecto de éxito/fracaso (85/15), ¿te apetece practicar más el fracaso en un contexto laboral y acostumbrarte a él? Pues sigues los consejos y descubrimientos de esta socióloga.

Cómo acostumbrarte al fracaso

Trabajadora planificando.

PeopleImagesGetty Images

Uno de los grandes obstáculos que seguro que te impiden aceptar el fracaso es la forma con la que te planteas los objetivos.

En muchas ocasiones, la meta de una tarea, consciente o inconscientemente, se convierte en «no perder».

Ejemplos: «Es mejor que esta idea salga bien o recibiré las críticas de mis compañeros de trabajo», «Si mi sueño de ser músico se arruina, toda la familia me repetirá que había sido un error y que jamás debería de haberlo intentado»…

Según un estudio publicado en Sport, Exercise and Perfomance Psychology, las personas que se proponen «no fallar» actúan con más tensión (lo que aumenta las posibilidades de fracasar) y se lo toman muy mal cuando no alcanzan la victoria.

Así que para empezar debes forjarte una meta clara y en positivo: conseguir ese aumento, ganar un concurso de poemas, publicar un libro de recetas… Si te centras en lo bueno de ese objetivo, te tomarás los inevitables fracasos como baches en el camino. Te levantarás más rápido porque en ningún momento un fallo significará que tu camino hacia dicha meta se ha bloqueado.

Existen otros trucos útiles, y avalados por la ciencia, que te ayudarán a convertir el fracaso en un aliado:

  • Abandona el miedo: cuando temes fracasar, de forma automática te pones objetivos pequeños o poco ambiciosos para aumentar las posibilidades de éxito, según un estudio publicado en British Journal of Educational Psychology. En cambio, si aceptas el fracaso como algo tan normal como respirar, perseguirás metas más ambiciosas que te permitirán crecer como persona (o profesional).
  • Cuando fracasas, aprendes: si nunca te atreves a fracasar, jamás aprenderás lecciones valiosas. Un estudio de la Universidad de Colorado reveló que las compañías que pierden, y lo acepten, aprenden rápidamente de sus errores, reevalúan sus procesos, sistemas y estrategias, y utilizan ese nuevo conocimiento para, ¡ahora sí, alcanzar el éxito.
  • Siente el dolor: la sociedad moderna tiende a evitar el dolor. No obstante, y tal y como descubrió la Universidad de Ohio, tener el coraje de procesar el dolor al fracasar aumentará tus posibilidades de hacerlo mejor la próxima vez. Eso se debe a que te acostumbras a esta emoción, dejas de temerla y no te importa toparte con ella de tanto en cuando.
  • Desarrolla una mentalidad positiva: un estudio de la Universidad de Kent descubrió que las personas que convierten un fracaso en algo positivo en lugar de negarlo o rechazarlo son más propensas a tener una vida más alegre y satisfecha. Dicha positividad, aunque sea forzada al inicio, te ayudará a levantarte más rápido cuando te tropieces debido a los baches inevitables.

Si te ejercitas mentalmente teniendo en cuenta estas premisas, pronto aceptarás el fracaso como un compañero de viajes. En el trabajo te embarcarás en proyectos más ambiciosos, te atreverás a tomar más riesgos y, de este modo, alcanzarás éxitos de mayor impacto. Cuando tengas muchos triunfos conseguidos, el ascenso profesional o económico será inevitable.

No obstante, no confundas aceptar el fracaso con buscarlo adrede. La clave no es meterte en problemas adrede, sino que aprender a responder de una forma más sana y positiva a los imprevistos de la vida. No te olvides del ratio inicial: 85% de éxitos y 15% de fracasos.

Fuente: Daniel Cáceres, Business Insider

No Comments

Post A Comment