03 Feb Qué puede hacer un autónomo si no le pagan las facturas
Debe reclamar por escrito el pago una vez vencido e incluso recurrir a la vía judicial
Los trabajadores, fruto de su actividad laboral, esperan recibir una remuneración. Una paga que por lo general llega a final de mes y con una periodicidad fija. En cambio, en el caso de los autónomos no es tan sencillo. Durante su día a día emiten facturas a distintos clientes por los servicios prestados. Unas facturas que, en muchos casos, no llegan a cobrar porque el pagador se retrasa en el pago más allá del límite legal, bien por voluntad propia, por estrategia empresarial o por causas de fuerza mayor.
Pero, ¿qué puede hacer el autónomo cuando no cobra esas facturas? Hay varias opciones que conviene tener en cuenta, dependiendo de si el deudor actúa de buena o de mala fe. En primer lugar, hay que ponerse en contacto con el cliente bien por teléfono o por correo electrónico para confirmar que todos los datos de la factura son correctos y para conocer el motivo por el cual aún no se ha producido el pago. Si el cliente alega falta de liquidez se puede llegar a un acuerdo para fraccionar el pago o incluso para obtener una compensación a cambio de productos o servicios que ofrece el cliente.
Si la situación continúa después de que el cliente haya garantizado el pago o si no se obtiene respuesta, el autónomo puede dirigirse a él a través de una carta certificada con acuse de recibo para reclamar la factura. De esta forma, el trabajador por cuenta propia deja constancia, de forma oficial, que ha reclamado una factura impagada.
Una vez que el autónomo se ha asegurado de que el cliente ha recibido la notificación, si todavía no ha recibido el abono de la factura puede ir un paso más allá y enviar un burofax para exigir que se pague de inmediato y que, además, se emprenderán acciones legales. Todos estos documentos sirven de prueba para el autónomo en el caso de que decida emprender un proceso judicial para reclamar el pago.
PROCEDIMIENTO MONITORIO
Si todo este proceso amistoso no llega a buen puerto, el trabajador por cuenta propia siempre puede acudir al juzgado para que sea la justicia quien reclame este pago. Uno de los mecanismos más sencillos y baratos es emprender un procedimiento monitorio. Se trata de una reclamación judicial que se utiliza, sobre todo, cuando el importe de la factura es pequeño. Es un mecanismo sencillo y rápido y suele resolverse en pocas semanas. La Ley de Enjuiciamiento Civil contempla esta fórmula para reclamar importes de hasta 250.000 euros.
A diferencia de otros procedimientos judiciales, que suelen ser muy costosos, el monitorio tiene unas tasas más bajas. De hecho, si la cantidad que se quiere reclamar no supera los 2.000 euros no es necesario contar con abogado ni procurador, aunque si supera esta cantidad es obligatorio que el autónomo acuda al juzgado acompañado por ambas figuras.
Además de estas reclamaciones, si el autónomo se ha constituido como empresa, puede recurrir a otras fórmulas para poder cobrar. Puede hacerlo a través del factoring, un instrumento de financiación mediante el cual puede traspasar a un banco las facturas que ha emitido y, a cambio, recibe el anticipo que le deben.
Fuente: Gorka Alonso Gil, El Mundo
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