18 Dic El drama de los trabajadores que acaban en Urgencias por miedo a ser despedidos por pedir la baja médica
El pasado 30 de octubre conocíamos que el Tribunal Constitucional dictaba una sentencia en la que avalaba el despido por baja laboral, aunque esta esté justificada. Concretamente, ya es legal despedir a un trabajador o trabajadora si, durante dos meses, falta el 20% de los días laborables al trabajo de forma justificada.
Esta medida ha indignado a los sindicatos, que claman por derogar el despido por bajas médicas justificadas. Aunque esta sentencia sea nueva, muchos trabajadores, tras la aprobación de la reforma laboral, llevan años evitando pedirse la baja por enfermedad debido a las facilidades que dicha reforma dispone para el despido.
Los médicos de cabecera ven muy a menudo casos de personas que, teniendo una enfermedad por la que es necesaria la baja, solicitan el alta voluntaria por miedo a perder su puesto de trabajo.
Ignacio es médico de medicina familiar en un centro de Salud al sur de Madrid: “Estas situaciones son el día a día en la consulta… gente que pide el alta antes de tiempo porque no se puede permitir estar de baja más tiempo, ya sea por motivos económicos o por amenazas de la empresa”, cuenta a Mierda Jobs.
“Hay gente que no se coge la baja porque económicamente no puede. Hay muchos convenios que te dejan con una miseria el salario durante la incapacidad temporal. También hay pacientes que no la cogen porque la empresa le pone muchos problemas”, añade.
“Precisamente, el otro día un hombre me pidió el alta porque necesitaba seguir trabajando. Tiene un esguince y trabaja todo el día de pie porque es camarero… si sigue moviendo el pie puede que la cosa se complique y acabe teniendo una lesión crónica que se deba operar en un futuro”, cuenta Marta, médica de medicina familiar.
“Hay que tener en cuenta que las jornadas de trabajo, en muchas ocasiones, se alargan y los trabajadores no tienen tiempo para descansar y recuperarse de una enfermedad leve, por lo que suele agravarse a los días y tienen que pedir la baja. Si aún así no la piden hay dos opciones: que no sea de gravedad y se acabe recuperando, aunque en mucho mas tiempo del que debería, o que la enfermedad avance y el paciente acabe en urgencias con un cuadro mucho peor”, explica Marta.
Precisamente, esta situación hace que a Urgencias lleguen trabajadores con enfermedades severas que, en ocasiones, provocan problemas crónicos.
Asier Muñoz es enfermero de urgencias en Bilbao y se ha encontrado con muchos casos de este tipo.
“El dueño de un restaurante llevaba varios días muy enfermo y, cuando ya no pudo más, tuvo que llamar a Urgencias. Resulta que lo que tenía era un infarto. Lo único que nos pedía era que no le llevásemos al hospital porque estaban en fiestas y tenían que aprovechar para hacer caja”, cuenta.
“He encontrado a una mujer trabajando como camarera con una muñeca rota, a una dependienta de una mercería con una neumonía, a una cuidadora levantando a un señor mayor estando escayolada… estos casos son mucho más habituales de lo que la gente cree”, explica.
“Muchas veces, cuando llegan los pacientes te comentan que se han puesto enfermos de golpe, algo que es imposible… tienes que sentarte con ellos y explicarles que te tienen que decir cuánto tiempo llevan así porque, si no, no puedes hacer un diagnóstico. Entonces se sinceran y te explican que llevan tomándose de todo durante una semana porque no pueden coger la baja”, explica Jorge, médico de Urgencias de un hospital de Barcelona.
“He llegado a ver a gente con huesos rotos que se han negado a ponerse escayola porque le impedía trabajar. Personas que sufren dolores horribles, pero que no se atreven a dejar de ir a su trabajo. Parece algo aislado, pero en absoluto… Es mucho más común de lo que creemos”, concluye.
Ana Ercoreca, presidenta del sindicato de Inspectores de Trabajo, aconseja que “los trabajadores deben respetar los tiempos de baja recomendada por el médico”.
“En cualquier caso, si la empresa amenaza al trabajador o le pide que se coja el alta voluntaria, puede denunciarlo a la Inspección de Trabajo. Lo mejor para estos casos es que esté por escrito”, finaliza.
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