12 Ene Estas son las preguntas ilegales que jamás deben hacerte en una entrevista de trabajo (y cómo debes responderlas si aun así te las hacen)
Dependiendo de cómo te sientas durante una entrevista de trabajo, es posible que los nervios y el miedo provoquen que respondas absolutamente a todo lo que te pregunten sin cuestionarlo.
No obstante, hay ciertas preguntas que un reclutador, supervisor o entrevistador no tiene derecho alguno a hacerte. Son aquellas que pueden provocar una selección discriminatoria por motivos de edad, de orientación sexual, de género, de raza…
«La Constitución española lo deja bien claro en su artículo 14», explica para Business Insider España Tirso Gracia, abogado laboral con 35 años de experiencia y socio de Galibier Legal, gabinete especializado en la potenciación de talento.
«Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
Gracia explica que este tipo de preguntas son ilegales (además incómodas) al transgredir el artículo 14 de la Constitución española:
- ¿De dónde vienes, cuál es tu país de origen?
- ¿Crees en alguna religión?
- ¿Cuántos años tienes?
- ¿Cuál es tu orientación sexual?
- ¿Cuál es tu orientación política?
- ¿Cuál es tu raza o etnia?
- ¿Estás casado, tienes hijos o planeas formas una familia pronto?
- ¿Tienes algún tipo de discapacidad física o mental?
- ¿Cuánto mides o pesas?
Estas preguntas, y cualquier otra que no tenga como objetivo revelar o desarrollar tus habilidades y aptitudes profesionales, jamás deben realizarse en una entrevista laboral porque pueden provocar una situación discriminatoria.
«Si yo voy a una entrevista de trabajo, me hacen las preguntas pertinentes y no me acaban cogiendo, deduzco sin problemas que seguramente no era el candidato ideal«, explica Tirso Gracia.
«Pero si parte de la charla el entrevistador está analizando mi vida personal y privada, tengo todo el derecho de pensar que se me ha rechazado por motivos subjetivos, esto es, al seleccionador no le gusta o no le interesa cómo soy». Un ejemplo muy común es no contratar a una candidata objetivamente ideal porque el seleccionador ha descubierto que está embarazada.
También hay que tener cuidado con preguntas más sutiles, pero que tienen el mismo objetivo que las anteriores. A veces pueden camuflarse en forma de comentarios aparentemente inocentes, como estos ejemplos:
- Vaya, sí que tienes músculos, ¿no? ¿Haces mucho ejercicio?
- Estas vacaciones me toca quedarme con mis sobrinos. ¿Usted tiene hijos a todo esto?
- Menudo comentario que realizó anoche el político este durante el debate de la tele, ¿eh? ¿Qué te pareció?
El primer comentario quiere descubrir tu estado físico, el segundo tu situación familiar y el tercero tu orientación política.
Gracia recomienda permanecer muy vigilante y pensar constantemente si lo que te preguntan revela parte de tu perfil profesional o bien revelaría información que no le incumbe al entrevistador.
Cómo responder a este tipo de preguntas ilegales
Antes de cuestionarte si quieres responder a una pregunta incómoda o ilegal, primero debes preguntar internamente si, después de descubrir el objetivo del seleccionador, realmente te gustaría trabajar en una empresa que podría transmitir o representar valores negativos.
«Más allá de las pérdidas económicas que puede ocasionar una denuncia por discriminación, el peor daño que sufren las empresas por casos así es de imagen», revela el abogado laboral para Business Insider España.
Cada vez aparecen más servicios como Glassdoor, que revelan si una empresa puede esconder un entorno tóxico. Y cada 2 por 3 proliferan titulares o posts en redes sociales que muestran a una y otra compañía faltando el respeto de sus trabajadores o candidatos. Eso provoca que les sea difícil retener trabajadores o contratar nuevos profesionales.
Una vez sepas con certeza si la pregunta en cuestión se ha realizado por accidente («el mundo laboral y el privado cada vez es más difuso debido a las redes sociales») o si el objetivo era ponerte a prueba («muchos seleccionadores hacen estas preguntas para enfadar adrede y ver cómo reacciona el candidato»), la mejor forma de responder consiste en… no responder.
«No hay preguntas incómodas sino respuestas imprudentes. En una entrevista de trabajo, la clave está siempre en la respuesta que se da, y no en la pregunta».
La emoción inicial de enojo seguramente te animará a que respondas de forma agresiva o despectiva, pero si el seleccionador te estaba poniendo a prueba, quizás quedes como un candidato que reflexiona muy poco.
Así que Gracia recomienda que, con sutilidad, hagas como que has escuchado lo que te interesa.
Esta truco que comparte tiene 2 niveles de maestría. En el primero simplemente eludes la pregunta con habilidad.
Por ejemplo, retomando el caso de «¿Cuántos hijos tienes?», puedes responder «Ay, sí que vi lo que hizo el otro día el hijo de tal famoso, jaja, las celebridades viven en su mundo, ¿qué otra cosa me querías preguntar?«.
Este tipo de respuestas lo que demuestra es calma, sosiego, dignidad y, sobre todo, profesionalidad; cualidades que siempre se desean en un trabajador.
Pero si quieres subir de nivel, otra posibilidad es aprovechar esa pregunta incómoda para convertirla en una respuesta que te favorezca.
«Recomiendo que, antes de una entrevista de trabajo, inviertas tiempo en confeccionar una lista con 10 fortalezas, habilidades o logros profesionales que quieras destacar», explica Gracia. «Y, cada vez que te hagan una pregunta impertinente, dale la vuelta para acudir a esta lista y presentar uno de tus éxitos«.
Por ejemplo, si te preguntan por si tienes hijos, una posible respuesta sería «Uy, eso me recuerda a cuando mi jefe del anterior trabajo tuvo una mala época porque su bebé no le dejaba dormir. Pero le ayudé cogiendo algunas de sus responsabilidades para que pudiera descansar más, y de paso desarrollé mejor mis habilidades organizativas«.
Con esta vuelta evitas revelar tu vida privada y además reorientas la entrevista a lo que te interesa: venderte como candidato.
¿Cómo puedes aprender a dominar con soltura este tipo de situaciones? «Practicar», determina el abogado. «Hay que entrenarse para las entrevistas de selección. El éxito de todo siempre está en el entrenamiento. Piensa en los deportistas que ganan medallas olímpicas. No están en el podio por suerte. Lo han hecho trabajando, preparándose. Lo mismo con la búsqueda de trabajo».
Fuente: Daniel Cáceres, Business Insider
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